¡Feliz año 2013!

Y empezamos un nuevo año, con todo lo que ello supone de esperanza e ilusión para ver qué nos depararán los próximos 365 días. Vayan por delante mis mejores deseos para todos, que se cumplan nuestras expectativas; y si no se cumplen (o no, al menos, como desearíamos), que sepamos ver su lado positivo.

Acabamos de dejar atrás un año muy complicado. En lo económico, todavía tenemos instalada en casa a esa pariente molesta de la que ni siquiera sabíamos de su existencia hace un par de años: la Prima de Riesgo. Esperemos que por fin decida independizarse, o volverse al pueblo, y se olvide de nuestra existencia. En lo legislativo ha sido un año intenso. No sólo se han trastocado las fuentes del Derecho, quedando pendiente la tarea de reescribir una nueva teoría general del Derecho, sino que la actividad legislativa ha dejado de ser "motorizada", en afortunada expresión del maestro García de Enterría, para pasar a ser una expresión de la teoría de la relatividad, donde la velocidad de referencia viene marcada por la de la luz y en la que aparecen nuevas dimensiones a tener en cuenta a la hora de legislar, como los intereses globales de otros países de nuestro entorno o de instituciones supranacionales. Este blog es una prueba palpable de la febril actividad legislativa: en este año se han superado los 800 posts, el número más elevado de entradas por año en su casi quinquenio de existencia.

Para celebrar que hemos sobrevivido a tamaña actividad frenética, y no nos hemos quedado por el camino, os dejo un vídeo de Año Nuevo. Al igual que el pasado año, he optado por dejar a un lado los valses y la música vienesa. En esta ocasión os propongo la escucha de una simpática grabación que es el resumen de la actuación "Klavier Extravaganza - 1000 Finger / Piano Extravaganza - 1000 fingers". Se trata de una clase magistral del pianista Lang Lang, impartida en la Philharmonie de Berlín el 30 de mayo de 2010, en la que se ensayó e interpretó una pieza musical para piano a cuatro manos por parte de 100 estudiantes de piano de entre 7 y 70 años de edad. El acto es muy simpático, por lo que supone para un --en algunos casos joven o incluso jovencísimo-- estudiante de piano poder tocar "junto con" uno de los mejores pianistas actuales, como es el chino Lang Lang. Un concertista que, aparte de su magnífica técnica y madurez musical (a pesar de su juventud), tiene una gran repercusión mediática, sirviéndose como pocos intérpretes de las inmensas oportunidades que las nuevas tecnologías ofrecen para darse a conocer personalmente y para difundir el producto de la música clásica. A todo ello le acompaña su natural simpatía y facilidad para conectar con la gente.

La pieza elegida para la actuación (la Marcha Militar núm. 1, D 733, de Franz Schubert) no es excesivamente complicada, aunque no por ello exenta de la dificultad que entraña una partitura que debe ser interpretada a cuatro manos, con un vecino de banqueta con el que debes coordinarte y entenderte.

Lo que me parece más reseñable de esta actuación es el proyecto en el que se incardina, el programa educativo Zukunft@BPhil de la Filarmónica de Berlín, con el que se pretende no sólo educar musicalmente a las nuevas generaciones sino también formar a nuevos músicos. Luego nos extrañamos de la gran diferencia cultural existente entre España y otros países de nuestro entorno. Una prueba palpable de nuestra ignorancia cultural es que España es el único país en el que he escuchado a "intelectuales" (así llamados) presumir, sí presumir, de su ignorancia musical. En la mayoría de países europeos un intelectual, por poca formación musical que posea, jamás presumirá de su carencia, aunque solo sea por vergüenza torera.

Ahora que en la Universidad nos llenamos la boca de excelencia, me permito recordar que la excelencia es algo más que tener proyectos de investigación, publicar en revistas indexadas de alto impacto o, incluso, tener un puesto digno en el Ranking de Shanghai. Personalmente, prefiero un profesor con una sólida cultura a un investigador "excelente" con la sensibilidad cultural de una almeja. Normalmente, este último suele ser un presuntuoso y un ególatra intratable.

Aquí os dejo el vídeo en versión abreviada (8'29"). Quien quiera escuchar el vídeo oficial completo (16'28"), publicado por Digital Concert Hall de la Filarmónica de Berlín, puede hacerlo en este enlace. Que lo disfrutéis.

¡Que tengáis un muy feliz 2013!